El director técnico de la cantera, Borja Burguete, ha hecho balance de una temporada que “podríamos calificarla como espectacular en cuanto a la base”. Varios ascensos y participaciones destacadas en campeonatos como el de España o Gipuzkoa hacen que estemos ante el año “con más logros históricos conseguidos, lo que la hace más remarcable”.
“Ha sido una temporada muy complicada”, ha resumido Burguete, que ha recordado cómo “no se ha empezado a competir hasta enero-febrero, con problemas de pista, horarios y todo lo derivado del COVID-19”. Aún así, éxitos como el ascenso y regreso de Il Capo Hondarribia Bidasoa a Primera Nacional después de cinco años o el cuarto puesto de Zaisa Bidasoa Irun en el Campeonato de España sobresalen.
“Empezando por las categorías superiores, tenemos el ascenso a Primera Nacional con contundencia del Il Capo Hondarribia Bidasoa; el territorial de Il Capo Hondarribia también ha ascendido a Primera Territorial quedando primero de grupo y el juvenil de Liga Vasca masculino BM Bidasoa Irun ha luchado en el sector de Pontevedra”, enumera Burguete el gran año de la sección masculina, que se ha cerrado con “la mejor marca histórica en cadetes en Campeonato de España” que ha cosechado el Zaisa Bidasoa Irun a mediados de junio en Porriño, con el propio Burguete desplazado a Galicia con el equipo: “Fue impresionante”.
El director técnico de la cantera bidasotarra quiere remarcar “una cosa que no se comenta mucho, pero tiene gran valor, y que es el mérito que tienen tanto los equipos masculinos y femeninos infantiles como el cadete de Hondarribia, que no han competido en todo el año al ser escolares. Tienen un mérito increíble que muchas veces no se ve: han estado todo el año entrenando con las restricciones, entrenando, y seguían al pie del cañón”.
Nuestros equipos femeninos también “han hecho un pedazo de temporadón. Las infantiles, que no han podido competir, no faltaban a ningún entrenamiento; el cadete femenino ha luchado por entrar en la fase final del campeonato de Euskadi, luchando con las mejores; y las juveniles han quedado campeonas de la Copa Gipuzkoa. Ahí también tenemos futuro, tenemos chicas interesantes y lo más bonito es que vemos Artaleku lleno todos los días de entrenamiento, sea sección femenina o masculina, porque al final somos el mismo club”.
Burguete pone en valor dos grandes factores para poder sacar este año adelante: los entrenadores y las familias. Por un lado, el director técnico de la base se muestra “seguro de que los entrenadores tienen gran parte de mérito, porque han conseguido mantener a los chavales y a las chavalas motivadas incluso en los peores momentos. A ellos hay que agradecerles el trabajo que han hecho, porque para ellos tampoco era fácil gestionar confinamientos, entrenamientos… Gran parte del mérito han sido las ganas y el corazón que le han puesto los entrenadores”.
Y por otra parte, el agradecimiento “a los padres y a las madres, que son los que han estado apoyándonos a todos. A los chavales y chavalas con los desplazamientos; ayudándonos en pista, haciendo de delegados, de mesa, ayudando a sacar este año tan complicado adelante, y creo que las padres y las madres de la cantera necesitan y merecen este reconocimiento público”.
Ahora se abre un periodo de descanso tras “un año durísimo, tanto para los que han competido como para los que no lo han podido hacer”. Con el transcurrir de julio, los jugadores y jugadoras contarán con planes personalizados adaptados por equipos para que arranque el trabajo individual, “para que según cuándo tengan que volver, estén en las mejores condiciones para arrancar, sin haberse dejado y haber mantenido la forma física. El objetivo es que la temporada que viene sea lo más normal posible y podamos competir desde los equipos infantiles hasta ASOBAL, que podamos meter cuanta más gente posible para ver da igual qué categoría sea y podamos empezar a ver la luz al final del túnel”.
A juicio de Burguete, es uno de los grandes factores que el club quiere recuperar en cuanto sea posible porque la pandemia también ha alterado muchas cosas que se daban por hechas en el día a día de Artaleku: “Los jugadores y jugadoras de la base no se podían mezclar entre ellos cuando venían a entrenar por el tema del COVID-19, no se podía venir a ver los partidos de los amigos, de compañeras… Si todo vuelve a la normalidad, todo eso va a volver, que esté jugando el cadete femenino y el masculino venga a verla, que esté ASOBAL y jugadores de la cantera vean el partido… Eso genera volver a tener ese sentimiento de gran club que somos. Es primordial poder recuperar eso a corto plazo”.