Comienza una pretemporada atípica tras el parón debido a la pandemia del coronavirus y con la incertidumbre de qué va a ocurrir en los próximos meses. A expensas de saber si se jugará con público, si toca jugar una o dos rondas en Europa o si el calendario previsto sufre modificaciones, el Bidasoa 2020/2021 se ha puesto hoy en marcha.
– Comienza una pretemporada atípica, que dificulta también la preparación del equipo de cara a la vuelta a la competición. ¿Cómo la está planificando?
Ahora, al empezar a entrenar, habrá una fase de adaptación a los cambios que nos va a tocar vivir durante algún tiempo. Me refiero a los protocolos por el coronavirus: tenemos que medirnos la temperatura al entrar, utilizar gel, usar dos vestuarios para mantener distancias… Es importante automatizar estos protocolos para que sean parte de nuestro día a día y nos centremos cuanto antes en los entrenamientos. Desde que empezó el confinamiento tengo que decir que preparamos planes específicos para los jugadores con distintos tipos de alternativas en función de las posibilidades que tenía cada uno de ejercitarse en su casa. Esos planes los fuimos cambiando cada 15 días. Cuando ya pudimos salir a la calle a hacer ejercicio entramos en otra fase, con ejercicio más aeróbico, posibilidar de hacer carrera continua… Y luego hemos tenido los planes individuales de todos los años de cara a este comienzo de pretemporada. Esta fase de transición de la que estoy hablando, que ha sido tan larga en comparación con otros veranos, ha sido clave para llegar hasta aquí. A partir de ahora, yo tengo claro que somos muy profesionales. Todo el mundo se cuida mucho y, viendo los reconocimientos médicos, tengo que decir que los resultados son buenos. Llegamos a este inicio de pretemporada un poco peor que otros años, teniendo en cuenta que el periodo de inactividad ha sido del doble por esta situación especial por el confinamiento. Hay que pensar que vamos a empezar esta pretemporada como si todos hubiéramos tenido lesiones de larga duración. Hay que tener cuidado. Tenemos también las experiencias de otros deportes que han empezado antes que nosotros, con multitud de lesiones en las primeras semanas de competición.
Este comienzo lo hemos planificado en dos fases. En una primera fase, que podemos llamar «extra», vamos a entrenar solo por las mañanas, con un trabajo progresivo, avanzando también en todo lo que es la táctica y el aclimatamiento, pero dejando a los jugadores las tardes libres. De esta forma no cargamos tanto a los jugadores, recuperamos mejor y los jugadores también tienen sensación de estar en verano. Hay que tener en cuenta que vamos a tener una temporada larguísima, con una congestión de partidos importante, y no podemos meter mucha carga desde el principio. A partir de agosto empezaremos lo que podemos denominar una pretemporada normal, con más carga, más volumen, dobles sesiones… Estamos terminando de preparar los partidos amistosos. Creo que así podremos llegar bien a la primera jornada de liga o la primera ronda de Europa, porque todavía tampoco sabemos si vamos a entrar en primera o en segunda ronda. Es todo una incógnita.
– La plantilla ha cambiado, con jugadores de contrastada experiencia como Julen Aginagalde o José Manuel Sierra y con jóvenes como Dan Racoțea o Bonanno. ¿En qué gana el equipo con los cambios?
No me gusta comparar. Sé que es muy habitual interpretar todo como un cambio de cromos: se va uno y otro viene por ese. No es así, yo intento confeccionar una plantilla determinada, una estructura lo más compensada posible. En nuestro caso nos gusta tirar hacia varios jugadores por puesto, tener un equipo homogéneo, equilibrado… por nuestra manera de jugar, por las rotaciones, porque me gusta que todos los jugadores estén enchufados, implicados, más que tener unos jugadores titulares y otros reservas. A veces es cierto que para buscar ciertos puntos de excelencia tiendes a desequilibrar porque los presupuestos dan para lo que dan. Pero yo con la plantilla estoy muy contento. Es una plantilla, en principio, con esencia defensiva, vamos a ver luego cómo encajan las piezas, con muchos jugadores que pueden defender en muchos puestos y con mucha altura. Es un detalle importante el hecho de haber ganado en altura. Tenemos gente fuerte, con músculo, con kilos, algo que también será importante, no solo en la liga, sino para participar con más posibilidades en Europa.
Creo que hemos equilibrado también el ideal del club, que es buscar jóvenes valores que vengan a formarse con nosotros, a crecer y a evolucionar, como Dan Racoțea y Donák Bartók, que vino a final de la temporada pasada. A la vez hemos conseguido traer a jugadores con experiencia y mucha calidad, como Julen y José Manuel Sierra. Siempre se habla de la importancia de la experiencia. Yo le doy más importancia a la calidad. Cuando la calidad tiene experiencia, mucho mejor para el equipo, evidentemente. Y luego Bonanno que creo que puede encajar muy bien en nuestro sistema defensivo por sus características y nos puede dar minutos de ataque de calidad. A eso tenemos que sumar los jóvenes valores de Euskadi que ya van viniendo con nosotros. Estoy contento. Es un buen equipo para trabajar y para competir.
– ¿Qué objetivos se marca para esta próxima temporada?
El cambio en sí es un reto. Después de conseguir el subcampeonato, en la siguiente temporada teníamos el reto de ser competitivos con un mismo equipo, seguir estando ahí en esas plazas europeas en liga y a su vez competir en Europa. Creo que ese reto lo superamos por el nivel que dimos en la Champions League, que creo que nadie lo esperaba. Ahora el siguiente reto es seguir manteniendo ese nivel habiendo hecho cambios en la plantilla. A partir de ahí, como siempre, la propia competición irá poniendo a cada uno en su sitio, sabiendo que estamos en una temporada atípica. Vamos a tener una congestión de partidos brutal. Cualquier cosa que pueda pasar nos puede afectar muchísimo porque la plantilla para jugar tantos partidos se nos puede quedar corta. Y no me refiero solo a lesiones, me refiero también a que podamos tener positivos por coronavirus, que se tengan que aplazar partidos y luego la competición se congestione más… todas éstas son situaciones que se pueden dar y que van a suponer un reto.
– ¿Cómo ve al resto de equipos?
Vamos a ver, antes que nada, cómo se recompone la liga. Cuando suceden cosas así suele haber cambios. Hay equipos que de repente bajan de nivel y otros que suben. Equipos que, por el hecho de conseguir mantener un presupuesto o una plantilla pueden crecer. En cualquier caso, yo creo que en la liga, en la pelea por estar arriba, vamos a estar los de siempre: Barcelona, Ademar, Logroño, Granollers, Cuenca y nosotros. Puede haber equipos que en un momento determinado van a poder aguantar el ritmo… pero a 34 partidos creo que la competición se irá rompiendo y que a medida que vaya avanzando la competición iremos viendo los diferentes escalones. Descendiendo cuatro el grupo que va a estar peleando por la permanencia va a ser muy amplio. Si tuviera que analizar otros equipos… el Nava ha hecho un buen equipo, el Atlético Valladolid creo que ha conseguido mantener el nivel, el Benidorm ha fichado bien pero va a tener que jugar dos competiciones… Hay incógnitas. Y luego hay equipos que solo van a afrontar la liga, sin eliminatorias de Copa del Rey. Y esto sí creo que indirectamente nos puede afectar más porque va a haber equipos potentes: Logroño al renunciar a Europa, Cuenca si no entra por invitación, Granollers… Son equipos potentes que se van a centrar solo en la liga. Veremos.