Una treintena de clubes de Segunda División B, entre los que se encuentra el Real Unión, han suscrito una carta en la que se muestran contrarios a la creación de una nueva categoría intermedia entre Segunda División A y Segunda División B, que algunos otros clubes han planteado en los últimos días y que se denominaría Segunda División B-Pro.
En la misiva enviada a Luis Rubiales los clubes comienzan señalando que «es nuestra prioridad preservar al máximo la salud de nuestros deportistas, técnicos y empleados y empleadas. Su salud es innegociable. Los recursos y las infraestructuras de la gran mayoría de los equipos de Segunda División B son limitados, por lo que en estos momentos nos vemos impotentes para garantizar al 100% la salud de nuestros jugadores y técnicos, según lo establecido por los protocolos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que es nuestra máxima prioridad. La COVID-19 es un virus poco conocido, tiene una alta capacidad de transmisión, y siendo nuestro deporte de contacto, son muchas las dudas e incertidumbres que nos asaltan a la hora de gestionar la convivencia de los jugadores en el vestuario, o de controlar el contacto con los demás miembros del club, la práctica de los entrenamientos, los equipos de protección, el uso del material y los equipos de protección, el protocolo de los viajes, la celebración de los propios partido… para garantizar plena y eficazmente la protección de nuestros jugadores». Por ello, consideran que «el conservadurismo y la prudencia han de ser nuestros principales aliados, evitando así prematuras reanudaciones de las competiciones que pudieran generar nuevos contagios».
En un segundo punto, indican que «no entendemos el fútbol de Segunda División B sin nuestro público. Nuestros clubes tienen su razón de ser en nuestros seguidores. Jugar los partidos sin el apoyo de nuestra gente no tiene mucho sentido en nuestra categoría. Los ingresos de taquilla son una parte fundamental de nuestros presupuestos, por lo que su pérdida, junto con el hecho también más que probable de tener que devolver a nuestros abonados un porcentaje de los abonos de la temporada, supondría un grave perjuicio económico para nuestros clubes». Señalan asimismo que «el factor campo es una herramienta determinante para todos nosotros cuando jugamos como locales, que adquiere todavía más relevancia en el tramo final de cada temporada. Por lo que entendemos que la posible disputa de los partidos restantes a puerta cerrada alteraría la neutralidad de la competición, viéndose alterados los gol averages entre los equipos por lo que alteraríamos la neutralidad de la competición».
Los clubes firmantes prosiguen en su argumentación, señalando que «prolongar la temporada 2019/2020 más allá de la fecha oficial de finalización del campeonato de liga, acarrearía graves consecuencias económicas e inseguridad jurídica en lo que a las relaciones contractuales con nuestros jugadores y técnicos. La situación económica de nuestros clubes en esta temporada 19/20, debido a la suspensión temporal de competición, está siendo extremadamente difícil. Desde principios del mes de marzo, estamos manteniendo a flote nuestros equipos, con muchas dificultades, después de que los gastos hayan experimentado una merma importante siendo muy inferior a los ingresos, que se han desplomado. Por lo que entendemos que alargar la temporada 19/20 más allá de la fecha prevista para la finalización de la competición nos resulta del todo imposible, ya que supondría una temeridad económica para la categoría, poniendo en peligro la supervivencia de muchos de nosotros e hipotecando, al mismo tiempo, el futuro económico de próximas temporadas». Además, inciden en que «alargar la competición más allá de la fecha estimada para la finalización de la competición, supondría afrontar una enorme complejidad contractual con los jugadores y técnicos dada la enrevesada casuística que presentaría la renegociación de sus contratos laborales, amén de sumir a nuestras entidades en la inseguridad jurídica. E incluso la posibilidad de abrir una tercera ventana de fichajes, llevaría sin duda a desvirtuar totalmente la competición».
Por ello, los clubes firmantes manifiestan su interés en reanudar la competición y terminarla en la fecha a tal efecto establecida para la temporada 19/20, pero siempre en las mismas condiciones que tenían al momento de la suspensión, y priorizando siempre las garantías sanitarias de jugadores, técnicos y empleados. Ante la existencia de numerosas y dispares propuestas de los clubes de Segunda B, muchas de ellas muy diferentes a la presentada por la RFEF, y dada la complejidad de la situación que se ha producido en los últimos días, los clubes firmantes de esta carta, en el caso de que no fuera posible reanudar la competición en las mismas condiciones que tenían en el momento de la suspensión, son partidarios de dar por finalizada y anulada la temporada 2019/2020, «ya que esta es la única alternativa legal posible de alteración de la competición que contempla la actual normativa fijada en el artículo 188 del RG de la Federación, que permite la suspensión total o parcial de la misma por causa de fuerza mayor. Por tanto, la posición de todos los clubes firmantes en este escrito sería de dar por finalizada y anulada la temporada 2019/2020», aduciendo que empezaron la liga «con unas condiciones iguales para todos, reglamentariamente conocidas y fijadas para todos, y creemos por tanto que esta normativa debería cumplirse. Por lo que cualquier otra alternativa/solución propuesta que no fuera la de dar por finalizada y anulada la temporada 2019/2020, implicaría una modificación substancial de la actual reglamentación vigente de la competición que conllevaría importantes y graves consecuencias jurídicas».
En cuanto a la posición de estos clubes en relación a la configuración de la estructura de los equipos de la categoría de Segunda División B para la temporada 20/21, los equipos firmantes «no entenderíamos una configuración diferente a la de la actual temporada 19/20, ya que al darse la competición por anulada en la actual temporada 19/20, no debería haber ascensos ni descensos en la categoría, y por tanto se debería comenzar la nueva temporada 20/21 con los mismos equipos y con los mismos grupos que en la temporada 19/20. Cualquier alteración y modificación de la actual estructura de grupos debe ser planificada y estudiada con tiempo suficiente, y trabajada con un rigor extremo, debido al fuerte impacto y las importantes consecuencias económicas que produciría a todos los niveles en los 80 equipos de la categoría. Por lo que entendemos que aprovechar la actual coyuntura de alarma e incertidumbre social que vive el país, para proponer en la nueva temporada 20/21 la creación de una nueva categoría en el fútbol español de manera tan precipitada, improvisada e insolidaria, sin estar estudiado ni trabajado a conciencia, y sin el cocimiento previo de todos los equipos que comenzamos en agosto 2019 la competición de Segunda División B, es cuanto menos sorprendente y desafortunado».