El Bidasoa Irun afronta en Artaleku un partidazo por todo lo alto este sábado contra Rebi Cuenca (18:30 horas), un choque que en el caso del entrenador irundarra, Jacobo Cuétara, será aún un poco más especial, ya que cumplirá su choque número 500 en la Liga Plenitude ASOBAL, después de haber dirigido el número 200 en Liga al frente del Bidasoa Irun el pasado domingo en Granollers. Una trayectoria ante la que el técnico se muestra “muy contento por toda esta evolución y muy motivado de cara al futuro”.
Cuétara debutó en la Liga ASOBAL en la temporada 2005/2006, como segundo entrenador del Ademar León. Tras estar a las órdenes de Manolo Cadenas (“me tocó dirigir mi primer partido contra Algeciras, porque Manolo estaba sancionado”), Jordi Ribera e Isidoro Martínez hasta el año 2013, ese verano inició su primer proyecto como primer entrenador, en las filas del Villa de Aranda. Tras tres temporadas en filas arandinas, llegó a Irun en 2016. Desde entonces y hasta el partido del pasado domingo en Granollers, ha dirigido al equipo irundarra en 200 partidos de la Liga Plenitude ASOBAL, con un balance de 117 victorias, 16 empates y 67 derrotas.
“Está siendo muy bonito y con un punto histórico, porque hacía años que no se disfrutaba de hazañas históricas. Eso se nota en la gente, en el ánimo y durante un periodo que no se podía saber si se podría volver a disfrutar de grandes acontecimientos e incluso partidos europeos, hemos conseguido volver a traerlo a Irun”, explica Cuétara, que reconoce cómo “se nota en el ambiente, se respira eso, esa relación entre el club y la afición. Es muy bonito palpar el balonmano en Irun. Es complicado eso y aquí lo tenemos. Para un profesional es muy agradable”.
Preguntado por el mejor momento, el entrenador bidasotarra reconoce que el equipo y el club han conseguido “grandes cosas, progresar muchísimo como club y como equipo, pero me quedaría con el proyecto de formación de jóvenes: ha superado todas nuestras expectativas. Es de lo que más orgulloso estoy”.
Cuétara valora la andadura del Bidasoa estos años: “Muy bonita, llena de retos deportivos, de crecimiento, de evolución y de ambición. Estoy muy contento de toda esta evolución y muy motivado de cara al futuro. Son siete años ya, pero estoy con la misma ilusión que en la primera temporada cuando llegué: es un club y unos retos que me motivan muchísimo. Se nota mucho el ánimo de la afición, que es un ánimo por la trascendencia que tiene lo que hacemos en siete años que han pasado volando y espero cumplir otros siete en Irun”.
“Hay derrotas que quedan como cicatrices, se olvidan peor que los grandes momentos, pero hay que quedarse con las cosas positivas”, defiende el entrenador bidasotarra, que va más allá del ámbito deportivo, en “sentir el aprecio profesional y personal de la gente. Como entrenador la gente me lo hace sentir y es muy importante ver que el trabajo significa tanto para la gente”.
Sobre el nivel de la Liga, el preparador riosellano explica que antes la competición contaba con “jugadores a nivel mundial, con mucha igualdad de cara a los títulos, pero con las crisis bajó el nivel. Se ha igualado todo, es cierto que el Barça arrasa, pero arrasa también en el mundo, no solo en España”.
Ahora aprecia “una evolución de juego y de táctica importante. Al margen de que los jugadores tengan una cotización menor que la de aquellos años, ahora mismo la Liga Plenitude ASOBAL es una máquina de generar juego y generar jugadores. Entrenadores que han estado un tiempo fuera de la Liga reconocen que les cuesta cuando vuelven. He vivido grandes momentos, pero ahora estoy disfrutando muchísimo de la Liga ASOBAL”.