Javier Mariño posa con varios trofeos logrados por el club a lo largo de todos estos años. / Martín Tellechea

El presidente del CD Mariño se muestra preocupado por la evolución de la pandemia. Además de no poder trabajar en sus negocios de forma normalizada, observa como sus equipos están ahora mismo parados. La reinauguración del campo de fútbol de Ugalde-Ventas ha sido una buena noticia en los últimos días. En el CD Mariño esperan ya el día en que puedan estrenarlo.

– Después del confinamiento y de la suspensión de las competiciones, los equipos pudieron empezar a entrenar en septiembre pero, están de nuevo parados…

Estamos preocupados. Los chavales lo que quieren es hacer deporte y ahora no pueden. He visto alguno por aquí por el restaurante incluso y me ha preguntado que cuándo iban a poder empezar de nuevo. Esperemos que todo se vaya arreglando y que para enero podamos volver a ponernos en marcha.

– Me consta que el protocolo seguido por el CD Mariño ha sido perfectamente coordinado…

Todo lo que como club se nos ha requerido lo hemos hecho, faltaría más. Compramos termómetros para medir la temperatura, hemos estado muy encima de los chavales con la limpieza de manos, con los vestuarios cerrados, desinfectando balones… pero no depende solo de nosotros. Al final, si la evolución de todo esto es mala tú también te ves afectado. Fíjate, para que te hagas una idea, un miembro del club ha realizado hasta un cursillo para estar familiarizado con toda la normativas y las medidas a aplicar y poder luego aquí poner en marcha un protocolo. Nos lo hemos tomado muy en serio desde el principio.

– A alguien como Javier Mariño le tiene que doler especialmente ver todo parado, con los años que lleva presidiendo el club y todo lo que ha hecho por él.

Se lleva mal, porque te quitan un pedazo de ti. Además me sabe mal por los chavales, porque yo soy el primero que quiero que hagan deporte, pero no se puede en estos momentos. En nuestro caso, no es solo el club. El bar de Ugalde-Ventas lo tengo parado también. Ahora vamos a tener que pintar y barnizar de nuevo. Los beneficios que sacamos de ahí son para pagar a los trabajadores que tengo allí y el resto para el club. Eso también te afecta. Allí, por ejemplo, tengo para poder dar unos pintxos o una merienda a unos 50 chavales después de un partido. Son detalles que siempre me ha gustado tener, la gente los agradece.

– Hablemos de cosas positivas. Cuando vuelvan las competiciones podrán estrenar Ugalde-Ventas, después de los trabajos que se han llevado a cabo allí.

El campo ha quedado muy bien. Pedimos también que la hierba vieja la pudieran habilitar por fuera para que los equipos puedan calentar y lo han hecho, así que, en ese aspecto, estoy contento. Ahora está entrenando allí el Real Unión. A ver cuándo podemos empezar a entrenar.

– … pero seguirá peleando por un nuevo campo en San Miguel-Anaka…

Sí, ya sabes que sí. Creo que descongestionaría a nivel de horarios a los clubes de Irun y creo que sería una buena ubicación. Se podría ir andando, sin necesidad de utilizar el coche. Los equipos contrarios lo tendrían muy fácil para entrar y salir de la ciudad. Pero hay que seguir esperando. Ya sabes que la operación no es sencilla. Lo único que pido es que no se olviden.

– En Ugalde-Ventas conviven con el Landetxa. Tengo entendido que es una relación francamente buena la que existe entre los dos clubes.

Ningún problema. Nos llevamos bien. Vamos a compartir ese campo, tenemos muchos equipos entre los dos clubes, pero hablando nos entendemos. Nos llevamos bien. Y quiero llevarme bien con el resto de clubes, con los que estamos en la pirámide y con los que no. También con clubes de otros deportes. Hay que estar unidos. Juntos se pueden hacer muchas cosas.

– Hablando de estar juntos. En julio se presentó la famosa pirámide del fútbol irunés. ¿Cómo valora estos meses de trabajo conjunto?

De forma positiva, pero hay que dar tiempo, acabamos de firmar y hemos empezado a funcionar así. Lo que habrá que hacer es una reunión entre todos cada cierto tiempo para ir valorando y ver las necesidades de cada uno. El Real Unión es la cabeza de la pirámide, un club histórico, tenemos que estar con él, pero el resto tenemos también unas necesidades y hay que abordarlas.

– ¿Qué retos le quedan por conseguir con el CD Mariño?

Antes de dejar la presidencia me gustaría que el club tuviera un equipo en Tercera División. De momento, vamos a ver si podemos subir de Primera Regional a Regional Preferente. Y con el equipo femenino, quiero volver a tenerlo arriba, pero entiendo también que la Real Sociedad se lleve jugadoras. Eso es que estamos trabajando bien. Para mí es un orgullo ver que chavalas que han jugado con nosotros llegan a la Real Sociedad o van a Zubieta a entrenar.

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